jueves, 25 de marzo de 2010

Limbo.


Juntos en el silencio de las lágrima de los ajenos, con mi alma elevada esperando la tuya de nuevo y a mi lado por siempre.
Sería así mi muerte, feliz de la libertad de un cuerpo prestado y con mi alma en tu sombra, besándote como el viento tus labios, como roces menudos que hablan de la lluvia, o como cortes de sed y calor enzima, con pasión y deseo.
Recorreré tu cuerpo en cada baño, seré el agua que repliega cada poco de ti y bajare en silencio como un atardecer hasta tu cuarzo y no estando mi cuerpo allí, sentirás mi peso en tu ser.
No olvides, seré tu sombra, seré el aire que respiras y queda en el corazón, seré yo tu cuerpo, tu día a día y tu alma me regresara la vida, me veras así en ti y al final te amaras para amarme en la eternidad.

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