Y otra vez aquí, señalando con júbilo la lejanía de la etérea solución a mi problema de ansiedad, que a pesar del devenir del firmamento y de mi estado, cada vez más nómada que humano, en la vaguedad de la ahora única solución para clausurar, ya y para siempre las puertas de aquella edificación ebúrnea, que aquel tonto pez un día vio y que ahora, embriagado me tiene de envidia, con su efusiva hermandad.
Aquella hermandad que un día me falto tener, para no entrar en este analfabetismo injustificado, en el que caí por querer volar hacia los sueños, con solo exhalar.
Y otra vez aquí, queriendo tapar ya y para siempre la efusiva cabeza de aquel pez, que con cada suspiro me hecha en cara, me reprocha y me restriega mi mal proceder.
Y otra vez aquí, lleno de ansiedad por su entupida hermandad.
Y otra vez aquí, atado a este vicio que con cada suspiro me trae, otra vez aquí, a esta muerte que vivo en día, por un mal proceder, por una mala decisión.
Aquella hermandad que un día me falto tener, para no entrar en este analfabetismo injustificado, en el que caí por querer volar hacia los sueños, con solo exhalar.
Y otra vez aquí, queriendo tapar ya y para siempre la efusiva cabeza de aquel pez, que con cada suspiro me hecha en cara, me reprocha y me restriega mi mal proceder.
Y otra vez aquí, lleno de ansiedad por su entupida hermandad.
Y otra vez aquí, atado a este vicio que con cada suspiro me trae, otra vez aquí, a esta muerte que vivo en día, por un mal proceder, por una mala decisión.
copia de ilustración-René magritte
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