sábado, 21 de febrero de 2009

Pedazos de corazon 2


Días atrás empecé a presentar extraños síntomas de una peligrosa enfermedad, sospechosamente estos síntomas se empezaron a pronunciar después de conocerte aunque en ese momento no les preste mucha atención, Pero ahora, que sean agudizados en alianza de este eterno tiempo, son más que un simple extraño en mi, más que un desapercibido dolor de maratón, se han vuelto un sabor de ausencia. Con el paso de las horas, los minutos, los segundos ha ido empeorado mi estado, la distracción es mayor, las fantasías mas constantes en un delirio infinito. Sé como apaciguar este sufrimiento (que es lo peor pues no entiendo eso de darle tiempo al tiempo), tengo el antídoto, pero apenas es miércoles y sinceramente no se cuanto demorara en llegar el remedio y tampoco se si pueda aguantar este infierno. La mente no colabora mucho con los recuerdos y los sentidos me reclaman remedio con cada palabra y cada inquieto recuerdo, sedientos y drogaditos por el precursor de tal adicción. No me preguntes a mí como contagie tal enfermedad por que solo tú tienes la respuesta, pregunta (si es que no sabes la respuesta) a tus caricias o a tus besos o más bien a tu mirada, pregúntales la razón de mi enfermedad, el motivo de la adicción sensorial, el antídoto a esta situación o el nombre del precursor, que de igual forma, preguntes lo que preguntes la silaba será la misma en cualquier dirección empieces por (ú) termines por (t) o viceversa, no es que yo tenga la respuesta, es una pista que me dieron los recuerdos, para apaciguar la incertidumbre que tales síntomas me hace padecer, en especial el síntoma de asfixia que me da por la ausencia de tus besos que me regalan el aire de tus palabras.

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