No a más de tres metros te encuentras de mí,
No a menos de 10 metros te encuentras de parar mi corazón.
Si no fuera por esta metida puerta que nos separa, te pudiera atisbar.
Sin embargo la mente es poderosa en presencia de los pensamientos del corazón y es gracias a esta, que tal metida puerta se vuelve un gran ventanal, ahora si te puedo mirar, admirar y cuidar.
El único problema que le veo, es que esta efímera alucinación, detiene mi corazón y embriaga de pérfido veneno mis pensamientos, perdiendo noción de cualquier tiempo que de una u otra forma termina sucumbiendo en el infierno, rogando la libertad de la petulante razon.
Al final son mas las oraciones del tiempo que los pensamientos del corazón, quedando en libertad la razón, que pone a penar el corazón, en los recuerdos que solo hablan de indiferencia, en los recuerdos que suprimen el ventanal, para poner en su lugar, a esa puerta metida, que no hace mas que ponerme a paliar con la petulante razón que hoy tiene razón.
No a menos de 10 metros te encuentras de parar mi corazón.
Si no fuera por esta metida puerta que nos separa, te pudiera atisbar.
Sin embargo la mente es poderosa en presencia de los pensamientos del corazón y es gracias a esta, que tal metida puerta se vuelve un gran ventanal, ahora si te puedo mirar, admirar y cuidar.
El único problema que le veo, es que esta efímera alucinación, detiene mi corazón y embriaga de pérfido veneno mis pensamientos, perdiendo noción de cualquier tiempo que de una u otra forma termina sucumbiendo en el infierno, rogando la libertad de la petulante razon.
Al final son mas las oraciones del tiempo que los pensamientos del corazón, quedando en libertad la razón, que pone a penar el corazón, en los recuerdos que solo hablan de indiferencia, en los recuerdos que suprimen el ventanal, para poner en su lugar, a esa puerta metida, que no hace mas que ponerme a paliar con la petulante razón que hoy tiene razón.
Sin razón de corazón, no hay razón para darle al corazón razón...ahora quizás esa puerta sea un gran mural que parta desde el subterráneo hasta los límites del universo, ahora quizás nunk lo veas, y nunk vuelva a estar a un paso de cautivarte; pero no importa ese muro no te deja ver para allá, así q giras tu cabeza y apuntas a otro lado, ignorando lo q hace tal deformidad al otro lado...pero divisas otros paisajes sin sabor y los percigues por instinto...así tu puerta metida fue tu salvación de no enbarrarte, ni ensuciarte fuera de ella...
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